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Mostrando las entradas de septiembre, 2013

The Last Ship

Una vocecita molesta en mi cabeza me dice que las cosas no cambian. Esa vocecita luego se vuelve un sentimiento que nunca sobrevive al primer análisis, pero como cualquier sentimiento, primero invade sin hacer preguntas;  Ajeno a la lógica, le sujeta la colita a las neuronas e impide la correcta sinapsis.  Al cabo de un rato, las neuronas echan montón y todo se normaliza. Pero hay un momentito, un pequeño fragmento de tiempo en el que el sentimiento se vuelve verdad absoluta y se apodera de toda visión. Una vez que todo se aclara, y la lógica impera, puedes terminar con la tarde arruinada o con algún sinsabor gratuito e innecesario. A veces son cosas tan sencillas como: "Ahhhh Juan, pero claro que te puedes acabar TODA la pizza, ¿Qué no has visto MAN Vs. FOOD!" De tonto le haces caso y terminas con una horrible cruda de pizza y el azúcar por los cielos. En otras ocasiones la vocecita es melindrosa y te dice: "¿Cómo que este guey está ahora haciendo conciertos en p

El regreso a California: San Francisco

Si eres mexicano, (ya sabes, donde el 90% de las construcciones son rectángulos de ladrillo y hormigón... en el mejor de los casos) la entrada a San Francisco te va a parecer un sueño. Inclusive unas millas antes, desde Oakland: esas casitas angulosas de madera insertadas en las colinas y rodeadas de arboles robustos, todo cubierto por una delgada capa de niebla... es como sacado de un cuento. Luego llegas al puente de Oakland y así te recibe San Francisco: Oakland/San Francisco from PFR on Vimeo . Bajando del puente le marcó a Biovo, (que será nuestro anfitrión durante la visita) para avisarle que hemos llegado a la ciudad, me explica que estacionarse es complicado, que hay muchas normas de donde si y cuando no y ángulos y la posición del sol y etc... la ciudad no es  car friendly  pues. Al final, Biovo intuye que mi cerebro es un muégano que no entiende de esas normas y ofrece vernos abajo de su casa para decirnos donde podemos dejar el halcón bicentenario. Batallamos

Agosto y todo lo que le sigue... 20 años después.

" August and everything after " cumplió 20 añotes este mes. En el 2005 escribí en este mismo blog algunas de las emocionantes cosas que viví en el 93, el año en que salió. Lo triste es que ya casi no recuerdo ninguna de ellas. Los rostros, los nombres, los vestuarios, los colores, los lugares, todo se ha hecho borroso. Hace mucho no veo a esas personas, y aunque quiera ya no puedo visitar esos lugares, porque son distintos o ya no existen. Por ejemplo, el mixup de pabellón Polanco en el que trabajé ya no es el mismo. Lo mudaron al segundo piso de la plaza. Mismo caso con el mixup de plaza satélite. El de Génova sigue en el mismo lugar, pero ahora toda la configuración es diferente, y mi área de plano desapareció. Y aunque puedo leer la entrada del blog como si fuera un diario o algo así, honestamente, nada de esos acontecimientos ocupan espacio en mi RAM. Se han mudado al disco duro para optimizar recursos. Mi vida es distinta, yo soy distinto. La cosa es, que 20

Carretera

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El regreso a California vol.- 5

Cosas como las carreteras en Estados Unidos lo hacen a uno darse cuenta que tanto el gobierno mexicano le deja ir al reata a sus gobernados y que tan mal repartido está el dinero de los impuestos. Viajamos 400 millas, algo así como 750 kilómetros de Los Angeles a San Francisco en una carretera de 4 carriles perfectamente señalizada y pavimentada, con unos rest stops que están infinitamente más limpios que la casa de muchas de las amistades de la pioja,  y lo único que pagamos fue 4 dólares por cruzar el puente de Oakland a San Francisco... Nada más, ¡¡¡¡¡¡¡NADA MÁS!!!!!!!   "¿Cómo?" Pensaba yo "¿Nos venimos por la libre en vez de por la de cuota y no nos dimos cuenta.... o cómo?"  Nop, resulta que los mexicanos somos unos asnos.  Pagamos miles de pesos por ir del D.F. a Acapulco en una carretera construida con dinero de los impuestos que nosotros mismos hemos pagamos y lo aceptamos como lo normal, porque despues de todo vamos a Aca papaw, y la libre está su

El regreso a California vol.- 4

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Short Order es la  Mothership  de los  Hipster , por llamarle de alguna manera... Ya saben: estos Bon vivants de playera untadita con cuello en V que le dicen Mixologists a los Barman  y Curadores a los chefs; Que hablan sólo en hipérbole y utilizan términos mamilas como Sustentabilidad y Foodie friendly .  Dicho esto, si a usted le gustan las hamburguesas y alguna vez va a Los Angeles, tiene, debe, está obligado a comer en Short Order . Total, a la hipsterisa uno nomas la ignora y asunto arreglado. No es como comer entre políticos, o estar invitado a un banquete con caníbales... a esos uno si no los puede ignorar, porque acaba extrañando un dedo o dos. El lugar está en el meritito Farmer´s Market, y la especialidad son las hamburguesas, que están hechas de grass feed vaquitas ¡¡mmmmmhhhhhhh ricooooooo!!.... Se supone que hay una enorme diferencia entre las reses alimentadas con grano y las que comen pastito. Personalmente no tengo elementos para declarar que es lo que c

El regreso a California vol.- 3

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En mi habitual psicosis, en vez de dejar el halcón bicentenario en el estacionamiento gratuito del Amoeba y caminar media calle al Urban Outfitters , decidí sacar el auto y buscar un nuevo lugar para estacionar. Un par de minutos después comprendo lo torpe de mi estrategia. El Urban Outfitters no tiene estacionamiento y en la calle todo es con parquímetro. 25 centavos  cada 15 minutos. Como apenas hicimos las primeras compras, traemos puro billete. Del viaje pasado me sobran 2 quarters , y los uso para el parquímetro. Media hora para hacer compras ahí. Yo no tengo mayor problema, porque definitivamente no tengo edad para usar la ropa de  Urban Outfitters , pero se que  la pioja va a ser otra historia.... 29 minutos después tengo que correr al parquímetro con el cambio de unos portavasos bien cucos de Some-ecards  que compré, con joyas como esta: La pioja tiene media hora más para hacer compras, y usa hasta el ultimo segundo. A las 4 estamos de vuelta en la calle, hambr

Pantalones chupitos

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Finalmente me quebré. Tras mostrar una reticencia casi heroica durante varios años y ser un ferviente activista de la resistencia opositora a dicha corriente, no pude soportar más la presión social y tuve que ceder: el mes pasado, me compré unos pantalones chupitos... ya saben, esa prenda tan de moda ahora que básicamente se distingue por privarte de cualquier libertad de pose o movimiento y que encuentra su inspiración en los pantalones de charro (me imagino; en realidad no tengo ni una jodida idea de en donde puede encontrar inspiración esta gente que altaneramente se hace llamar fashion designer  y que en realidad deberían ser conocidos como discomfort providers ) pero saben a que me refiero, a ese pantalón estrecho de arriba, estrecho de abajo o como le llamaban en mis tiempos: "entubado" lo cual es bastante preciso, porque cualquiera que se lo pone parece que lo entubaron, como a una congelada o una salchicha frankfurt. Oh fuck... El caso es que me compré un par. 

El regreso a California vol.-2

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Luego de la hamburguesa nocturna y de platicar un poco con Ricardo en el ya famoso  Bacardi Time,  me voy a dormir. A la mañana siguiente, vemos a Becky, la mamá de Rick, que nos saluda afectuosamente. Ella tiene Alzheimer y su memoria de corto plazo sufre un poco. Probablemente al vernos no nos ubica de inmediato, pero no nos pregunta ni quienes somos ni que hacemos en su casa; nos saluda y nos ofrece algo para desayunar. Por cosas como esa, Becky nos cae a todo dar. Luego de una larga platica y un desayuno ligero, tomamos nuestro poderoso auto y programamos el GPS para que nos lleve al 6400 de Sunset Blvd, dirección de la más sagrada de las tierras: El Olimpo, el Calvario, el Tepeyac, el Monte de los olivos, Sodoma, Gomorra, el muro de los lamentos y Angkor Wat todos enrollados en uno, el Amoeba de Hollywood... He entrenado durante dos años para este evento: Para superar la mini-embolia que te da al cruzar la puerta, la parálisis al ver los muebles de descuento y la amnesi