Los hombres somos idiotas

Los hombres somos idiotas, punto. Se que este no es un descubrimiento que me de el Nóbel de Sociología o algo así, pero es algo que no se dice lo suficiente, al menos no por otros hombres. Que lo diga una mujer no es novedad, es como su mantra. Pero la realidad es que somos tontos, así de simple. La mayor parte del tiempo no notamos lo que esta frente a nuestras narices, y todo el tiempo nos estamos inventando cosas que no existen.

En el caso especifico de los ligues esto es notorio en exceso. ¿Cuantas veces hemos visto al chavito prendado de la guapa de la clase?, la cual, no solo no lo pela, sino que aparte es una hija de puta con él. Sin embargo ahí esta el chavito poniendo su cara de idiota cada vez que la ve, al tiempo que tiene la alucinación promedio del embobado (ya saben: canción de los beach boys, cámara lenta, corriendo agarrados de la mano por alguna playa paradisíaca, faje accidentado entre las olas, etc. lo que sucede en cualquier película de Adam Sandler) El chavo trata de hacerle la platica, le regala cosas, trata de ser “sensible y tierno” con ella. Ella solo lo manda a la goma, no le contesta el teléfono, siempre le da pretextos de que tiene “algo” mas que hacer y lo trata de la riata. Y eso en el mejor de los casos, la mayoría de las veces ni siquiera cruzaran palabra. La chica le prestara mas atención al color de la mancha dejada por el chicle pegado en la suela del indigente miado que vive en la esquina de su calle, léase pues, cero atención.

El tipo, sin embargo, seguirá de necio, hasta que su fijación se convierta en desprecio, se muera, se vuelva gay o se ligue a la chica (jajajajaja), bueno, se vuelva gay y se haga, ahora si, amigo de la chica.
¡Chale!, que horror, ¿que es lo que propicia esta situación?
Sencillo, los hombres somos unos idiotas. Sí el chavo antes mencionado tuviera 2 neuronitas atentas a lo que sucede a su alrededor, se daría cuenta de que la chica nomás no lo pela, ni lo pelara, (al menos no hasta que tenga la cuenta de Banco de Montiel y el abdomen “metrosexual” de Jaime Camil ¡yak!)

Esta también el otro lado de la moneda, La chica que le tira la onda al chico, y el chico que no se da color. Ahí esta la bella fémina colgando su ropa interior frente a la ventana del cuarto del chico, y el chico solo piensa que la chica es descuidada. Luego la chica le habla y le insinúa que hay una muy buena película en el cine, y el chico le dice “pues deberías ir” ¿Por que me agobia con esas cosas? Piensa luego nuestro iluminado objeto de estudio, que seguro estará ocupando sus dos neuronas en llenar su planilla del “fantasy football”
El peor de los casos es cuando el chico también quiere con la chica, pero piensa que “no lo pela” a pesar de que la chica lo llama a su casa, sabe que discos le gustan e inclusive, a que equipo ¡¡¡¡¡¡de rugby!!!!!!! le va el chico.
¿Por que pasa esto? Sencillo, los hombres somos idiotas. Estamos tan ocupados construyendo edificios, componiendo sinfonías, curando el cáncer o viendo el fútbol, que no ponemos atención a nada mas.
Así como estoy convencido de que el oído femenino solo capta 3 notas musicales (y son las que siempre usan en las canciones de Luís Miguel) Estoy convencido también, de que los hombres prestamos tanta atención al dato inútil (léase estadísticas deportivas, datos históricos ñoños y cosas así) que no le dejamos espacio a nuestro limitado cerebro para ver que mas pasa alrededor.

Si hubiera alguna forma de convertir la cosa del ligue en dato inútil, es muy probable que este problema de afinidades no se presentaría. Es decir, por ejemplo: así como hay una tabla de porcentaje de bateo en el béisbol, debería haber una de porcentaje de bateo en el ligue. De tal forma que si esta es la sexta vez que la chica te batea, ya sabes que mejor no debes mandar tus bolas hacia allá.
La onda sería hacer una especie de tabla con el nombre de todas las posibles chicas jugadoras, y regirte por la estadística: La chica # 13 te hablo un total de 12 veces en el ultimo mes, mientras que la #23 solo te hablo 7 veces, así por mera estadística ya sabes hacia que lugar se va el juego. Se podría sacar una tabla de frecuencia de miradas furtivas, o de risas injustificadas, y etc. Convertir en trivial lo que en realidad no es, para que así, nosotros los tontos hombres podamos captar el mundo con la misma agudeza con la que las mujeres lo captan.

Ahora que lo pienso, no suena tan descabellado, laborioso, tal vez, nerdsisimo, probablemente, Absolutamente inútil, jamás.
Ahora si veo un Nóbel en camino. Yeahhh!