De cuando los objetos no son objetos

Mis cosas y yo tenemos una relación complicada, bueno, no es complicada, es bastante sencilla: si mis cosas son buenas conmigo, yo soy bueno con ellas y el amor y el cuidado están garantizados.
Creamos un vínculo que en la mayoría de los casos ni tiempo ni las circunstancias disolverán, por ejemplo, mis discos, o mi primera batería (que aun conservo, aunque hace siglos que ni siquiera me acerco a ella). En fin, soy como cualquier hoarder. Me cuesta mucho trabajo desprenderme de las cosas que me han dado algo especial.
Hace poco vendí mi Leica T. No tuve que hacerlo, pero la estaba usando poco y me pareció justo que luego de muchos hermosos momentos juntos, era tiempo de que fuera a otro hogar para ser protagonista de nuevas aventuras, en lugar de estar guardada en un cajón.
Es una cámara hermosa, que me ayudó a documentar una buena parte del crecimiento de Pablito. Como cualquier objeto mágico, tiene su personalidad y sus pequeños quirks, pero definitivamente la adoré y espero la traten bien en su nuevo hogar. No había que hacer gran cosa para tener fotos maravillosas directo de la cámara, sólo exponer bien y encuadrar con cuidado. Y si la regabas, los DNGs que salían de la cámara eran increíblemente generosos. El pop up flash era diminuto pero rellenaba lindo y con un color muy agradable y hacer foco era super sencillo con la pantalla touchscreen. Aparte, el menú personalizable era una joya para agilizar todo.




















Obvio el gran problema es que aquí en México no la puedes sacar fácilmente a la calle ( a menos que tengas un gusto rancio por las puñaladas) es muy hermosa y aunque es negra y discreta, definitivamente llama la atención. Para estos lares siempre será mejor una Fuji o una Ricoh, aunque la Leica me haya costado lo mismo que cualquiera de esas. Ni modo, aquí nos tocó vivir. Es una tristeza que una cámara no salga a pasear, ojalá su nuevo dueño sea más temerario.

Supongo que lo correcto para no perder la costumbre en este blog será terminar con una canción:




Esa parte de "And the heart is a cage if the heart doesn’t change..."  Uuuuffffffffff

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