Noticias desde el exilio

Nunca había pasado más de un año sin escribir nada en este blog. Son de esas cosas que sólo pasan y ya. No te das cuenta y de repente ya pasó un año o dos o tres... Es la vida.

Hablando de vida, todo sigue más o menos como lo dejé la última vez que escribí: Sigo en esta abducción extraterrestre llamada paternidad. Sigo viviendo en los suburbios capitalinos. Afortunadamente sigo teniendo trabajo a pesar de la pandemia. Sigo sacando fotos con mis camaritas cuando puedo. Toco mi batería eléctrica cuando hay oportunidad. Antes del nuevo semáforo rojo estaba yendo a jugar basketball diario (yo solo, ya saben: driblar, tirar, pasar a la pared, nada que involucre interactuar con otros humanos) pero obviamente ya cerraron las canchas así que eso se acabó. Corro 3 veces por semana, obvio con cubrebocas, pero hacerlo en la calle no me hace feliz: vienes más preocupado por esquivar motos de Uber Eats y coladeras abiertas que en tu respiración y etc.

Nadie de la familia inmediata se ha enfermado, lo cual es maravilloso. Por trabajo yo me he tenido que hacer ya varias veces la prueba, pero siempre salgo negativo, lo cual también es maravilloso.

La rutina del encierro me vuelve loco, igual que a todos, supongo. Pero de momento no hay de otra más que aguantarse. De por si siempre ha estado de la chingada poner en manos de un doctor del Seguro la vida de un ser querido, ahora imagínense en las condiciones en las que andan ahorita... No gracias... Se extraña esa época en la que su incompetencia era voluntaria y no forzada... pero qué se le va a hacer...

Esta canción la escuché bastante en el 2020. Me llena de nostalgia y es una joya.


Espero todos se encuentren bien. Su familia tenga salud y bienestar y que ya pronto se acabe este cagadero.

Nos leemos pronto.

Comentarios

Entradas más populares de este blog

Los hombres somos idiotas

Pues siempre no....