Cosas malas que terminan siendo buenas

En algún momento de la pandemia del 2020 regresé a jugar basket. Ya no recuerdo bien cómo fue, Supongo que era mas conveniente ir a las canchas que estar corriendo en la calle, esquivando motos de Uber Eats en sentido contrario tratando de entregar los miles de pedidos de la gente que nomas no quería salir de su casa. Vaya usted a saber... Eran otros tiempos.

El caso es que luego de un chorro de años regresé a jugar, (bueno mas bien a tirar y practicar solito en la cancha, nunca fui de jugar en equipo, pero en plena pandemia ni de chiste iba a estar jugando uno contra uno) Por cierto, jugar con cubrebocas, super incómodo, pero así lo hice hasta el 2022. 

Algo que puedo atestiguar es que eso de la memoria muscular es un mito, mas si ya no hay músculo que recuerde: De repente quería hacer alguna entrada como cuando era joven y de inmediato mi cuerpo me decía (En la voz de Samuel L. Jackson, ni mas ni menos) "Hell no, muthafucker!" Así que quedaba con mis dos piececitos plantados en el piso, recordando como alguna vez pude tocar el aro... o casi podía tocarlo.

Siento que cambiar de deporte me hizo bien, y era lo que mi mente me pedía en ese momento. No se si recuerden, pero esa pandemia no fue precisamente un momento glorioso de salud mental. Correr, aunque es maravilloso, no te permite desconectarte, estás todo el tiempo dentro de tu cabeza, pensado y re-pensado todo. Es muy útil porque te da claridad a veces, y te permite centrarte, pero 2020 no era para quedarte en tu cabeza, pensar era lo último que querías hacer, por lo menos yo, asi que algo mecánico, que demanda otro tipo de proceso mental me cayó maravilloso: Por estar pensando en el movimiento que harás o en no romperte la pata, etc, dejas de estar dorándote la píldora.

Poco a poco la pandemia fue pasando, pero seguí yendo a jugar, y mas gente empezó a ir a las canchas, así que no me quedó de otra que empezar a jugar con otras personas y tolerar las lesiones que se han presentado en el proceso: 2 costillas rotas, un músculo de la pantorrilla. meniscos, ligamento anterior cruzado y hartos dedos lastimados. Pero el asunto de los dedos ha sido el mas curioso: Me disloqué y fracturé ligeramente el dedo meñique de la mano derecha, y ahora no lo puedo poner derecho, porque el tendón que lo estira se desplazó y porque la bolsita de liquido que hay en la articulación se derramó y se hizo una calcificación justo donde se dobla el dedo (¡¡¡Igualito que le pasó a Kobe Bryant!!! ya puedo decir que por lo menos me lesiono como los grandes) Eso ha sido una lata: tuve que volver a aprender a escribir, y el dedo se me atora con todo, y tuve que empezar a jugar con una funda para el dedo porque me dolía bastante y no quería golpeármelo de nuevo (Así es, a las 2 semanas ya estaba jugando de nuevo) y justo la jodida fundida del dedo trajo un acontecimiento maravilloso: ¡¡¡¡tuve que volver a aprender a tirar!!!! Pero sin usar el dedo meñique o el anular, así que solo uso el pulgar, el indice, y el dedo medio. Y de la nada empecé a tirar como nunca en mi vida, tiros libre, desde la llave, de tres, en las orillas, todo cae. Eso nunca me había pasado en mi vida, mi tiro no era confiable, yo era de coladas y ganchos. Pero ahora, ni siquiera tengo que correr para anotar, me quedo paradito, me pasan el balón y tiro, y 2 de cada 3 entran. Asi que una cosa mala terminó siendo buena. Aunque claro, como ya no corro cuando juego, ya no hago tanto ejercicio, así que ahora debo regresar a correr de nuevo. Lo cual no está mal, los tiempos de introspección son bienvenidos de nuevo... de momento... en lo que a otro pinche chino se le ocurre cogerse a otro pinche murciélago.





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