Acrofobia intermitente

Salvo un incidente de infancia, que involucró una azotea y una capa de Superman, creo que siempre le he temido a las alturas. El asunto es, que como cualquier temor, no es algo regular. Puedo estar en el mirador de un edificio alto, volar en avión o viajar en teleférico y no pasa nada, pero si me asomo a una plataforma de clavados o cruzo un puente peatonal con barandal bajito, las manos me comienzan a sudar, los pies me cosquillean y siento un irrefrenable impulso de hacerme bolita en el piso. Así ha sido siempre, por eso no me subo a las montañas rusas ni a los juegos mecánicos que combinan altura y velocidad, caray, hasta en los autos me mareo, ahora imaginen en una de estas horrendas atracciones de six flags . Lo que he notado últimamente es que esta acrofobia es intermitente: Si antes de subir a un puente peatonal ya estoy pensando que se va a caer, o en la separación entre el cuerpo del puente y los escalones, o las grietas del concreto, o lo oxidado de las vigas, o...