Irapuato
El primer viaje a Irapuato que recuerdo consiste básicamente en un Juan Evers de 4 años saltando en las camas del hotel Real de Minas.
Supongo que fue un viaje divertido.
No recuerdo ni en que viajamos ni que comimos. Solo a mis dos abuelas con abrigos largos y caras de preocupación y una habitación graaaande en la que por momentos solo estábamos mi hermana y yo, saltando en las camas.
Pasado el tiempo me enteré que ese viaje en realidad no había sido una vacación. Mi madre (embarazada de mi hermano menor) había decidido ir a confrontar a mi padre, que había sido transferido a esa ciudad por motivos de trabajo y (debido tal vez a una cisticercosis cerebral por ingesta de fresa) olvidando que tenia esposa e hijos, decidió que era buena idea casarse con una cajera de su trabajo.
Resulta pues, que mi Papá también estaba saltando en una cama ajena en Irapuato.
Hasta el día de hoy, no haberme enterado del verdadero propósito del viaje sino hasta muchos años después me genera confusión. Yo lo recuerdo como algo divertido, pero cada vez debo convencerme de que ya visto en contexto no lo fue para nada, y debo detenerme cada vez que empiezo a platicar: "yo recuerdo que una vez fui a Irapuato y me la pase padrisimo pooooor......mmmmm olvídenlo"
Lo bueno es que mi segunda imagen mental de Irapuato es mucho mas afortunada: De viaje con mi familia, camino a Coatzacoalcos, después de muchas horas de viaje, el guajolotero autobús hizo una parada para comer y pudimos ver un precioso atardecer arrullados por el aroma de las fresas recién cosechadas. Yo no tenia ni idea de donde estábamos así que pregunte. Alguien dijo "Irapuato" y de inmediato me voltee hacia mi familia y les dije: "hey!, se acuerdan de esa vez que fuimos a Irapuato y nos la pasamos padrisimo pooooor...... mmmmmmm olvídenlo".
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