Dia 8 y 9
Ayer saliendo de mi provisional trabajo de oficina fui al concierto de James. Fue emotivo y revelador a la vez.
Lo primero que llamó mi atención es que después de 27 años de carrera musical, la voz de Tim Booth sigue impecable, inmaculada.
Lo segundo que me sorprendió fue la cantidad de personas que aman el Laid. Ese disco es para mi, una posesión entrañable, algo que ha crecido conmigo, tan personal como la carta de un ser querido. Hay 52 millones de experiencias personales que puedo ligar inmediatamente a ese álbum. Resumiendo... mi existencia sería inconcebible sin ese disco (bueno, sería inconcebible sin un chorro de discos, pero asumo que entienden el concepto), y de repente descubrir que hay otras 5,000 personas que comparten esa sensación fue catártico, mujeres de mi edad que lloran y gritan de emoción, hombres maduros conmovidos hasta la lagrima. Fue como descubrir un genial grupo de auto-ayuda, (pero sin la manipulación y los fulanos profundamente perturbados). Ese concierto me ahorro como 60 sesiones de terapia.
El setlist impecable, muchas canciones nuevas, pero perfectamente intercaladas con las canciones que todos queríamos oír (Faltó She’s a Star, pero se perdona por que tocaron Out to get you y Dream Thrum)
José Luís (con Vicky) y Thomas (con Vero) nos acompañaron a la pioja y a mi. El papayita se lo perdió, nomás por que si.... ni modo.
Otro dato curioso de la noche es que la pioja y yo coincidimos en que José Luís (mejor conocido en la porra águila a la que pertenece, como el pacha-rat) podría ser el nuevo Jojojorge Falcón, pero sigue empeñado en ser Ingeniero... así es esto del talento desperdiciado.
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Ya sé que dije que publicaría el dato de los tops personales, y lo haré bien pronto, de momento les dejo el primero:
Cuando James tocó en México en el 2008, durante Sometimes, a Juan Evers le rodó una lagrimita por la mejilla...
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gabriela
MBT