Dónde me agarró el temblor

En la semana vino el buen Thomas a las oficinas de Permanente Fervor Retro por los originales de su track by track, que va más o menos así:

Ya en la visita, aprovechamos para echar el chal a gusto. Es muy difícil encontrar a alguien con quien se puede sólo hablar y hablar y hablar sin tener que organizar ningún otro plan, y con el buen Thomates así es. Aunque luego nos da el ataque de déficit de atención y a la hora de la hora terminamos hablando de algo totalmente distinto a lo que habríamos pensado en un inicio. Ya saben como es: Un par de horas después de la tertulia estás frente al refri y dices "ah le tenía que decir esto a Thomas... y según yo empece a decírselo, pero luego... terminamos hablando de Neil Finn" en fin...

El asunto es pues, que en la echada del chal estábamos cuando salió a la platica dónde nos había agarrado el temblor de la  madrugada del 16 de junio. Ya le conté que me agarró en el depto (un tercer piso) viendo en la tele "Comedians In Cars Getting Coffee", (Veo el programa en Crackle, mi Blu-ray lo tiene por default). Tenía yo mis pies en el taburete y de repente todo se empezó a mover. Me levanté del sillón, apague la TV y me asomé hacia donde está nuestra alarma sísmica para checar si se estaba moviendo... y si... se zangoloteaba como teibolera en tacha. En ese momento vino la sacudida grande y luego un apagón en toda la colonia. En total oscuridad escuché claramente como todo el edificio crujía, como un rumor grave e intenso. No lo pensé dos veces, tomé mis llaves, la lampara que está en la puerta y salí a la negrura del pasillo. Vi a los vecinos indecisos sobre si salir o no. Les pregunté si estaban bien y si querían salir conmigo aprovechando la lampara, pero me contestaron que todavía no sabían que hacer... Sorry losers, yo me peino. Corrí los 3 pisos y llegué a la calle antes de que acabara el sismo. Ya había varias familias en pijama y peinados de almohada, con los ojos pendientes y los rostros asustados. Pregunté si todos estaban bien, no porque pudiera ayudarlos, no se una tostada de primeros auxilios, sino más bien por pura cortesía. Ya abajo recordé que el pobre Ausencio se había quedado en su pecera, abandonado en el departamento, y me sentí un tanto culpable. Lo bueno es que los peces tienen mala memoria y seguro a estas alturas ya no se acuerda... que por cierto... ahora a los cyberhippieociosos les está dando por decir que las mascotas de casa son como esclavos... ¡hazme el tiznado favor!... esta generación del tweetbook y demás tiene harto, harto tiempo libre y necesita conseguirse preocupaciones de verdad... pero ya me desvíe... el centro de la anécdota es que por primera vez, a la hora de un sismo evacué las instalaciones, cosa que nunca hago, pero todo se sintió tan caótico que no vi otra alternativa.

Tal cual le conté todo a Thomas y el procedió a reventarme la mente con una pregunta que hasta ese momento no me había hecho... Thomas preguntó: "Orale, ¿Y qué discos te llevaste?"

¡¡¡NO MANCHES MIS DISCOS!!!!  ¡¡¡CÓMO PUDE IRME SIN ELLOS!!!!

Me quedé sin palabras.

...

...

No, aun no tengo palabras...

...

...

...

Nop.... aun no...

...

...

¿Cómo pude irme sin mis discos?... Aun ahora me lo pregunto... tantos momentos hermosos me han dado y yo los abandoné. Caray... que duro... Culpa ven a mi...

Para hacer todo aun mas espeso, ¿Qué discos me llevaría si tuviera que volver a dejar el departamento por alguna emergencia? ¿Deberé preparar alguna especie de "kit de evacuación" con mis 10 títulos favoritos? ¿20? ¿50?... Esto si es un problema real y no las jaladas de los cyberhippieociosos. Todavía recuerdo cuando viajaba con discman, que tenia que cargar con mi maleta de discos... y de verdad era una maleta con al menos 30 discos, que eran los indispensables para mi en esa época. Peor aun, no me gusta que mis discos estén regados o en varios lugares de la casa, así que los discos que ponga en el "kit de evacuación" tendría que comprarlos de nuevo para que sean solo el spare de emergencia, y así no perturbar el acomodo de mis demás CDs.

No... no puedo... Lo que va a pasar es que la próxima vez que tiemble no me voy a salir, me voy a quedar aquí, al lado del mueble de mis discos, con un discman, unos buenos audífonos, unos 3 paquetes de galletas keebler de chispas y un bonche de pilas de esas que hacen enojar a los ecologistas, pero que qué paro nos van a hacer cuando venga el Apocalipsis zombie... a lo mejor también necesito una escopeta... y algo de agua... pero lo más importante ya estará resuelto... oh mis disquitos... muac, muac, muac.

Chale, me volví a olvidar de Ausencio... ni modo, quien le manda ser esclavo.