Rotini y albañiles

A veces creo que estiro demasiado la hebra cuando se trata de estar confiado y cómodo con mi apabullante virilidad, pero déjenme elaborar para evitar futuras confusiones:
Están demoliendo la casa vieja que está al lado de mi departamento. Todo el proceso de demolición se efectúa a la antigüita, es decir: hombres forzudos con pesados martillos moliendo techos, vidrios y paredes sin piedad desde las 8 de la mañana. El escándalo es insoportable, pero lo que más llama mi atención es la fuerza de todo el proceso: Los guamazos para tirar techos y paredes cimbran el piso de mi casa. Y cada vez que una de las estructuras sucumbe, si me andan sacando un susto si estoy distraído. Desde la cocina se ve todo el merequetenge. Creo que son 4 albañiles los que están haciendo todo, y aunque la mejor de mis suposiciones indica que el trabajo debe ser extenuante y la increíble labor fisica, inclemente, por la apariencia de los cuates no puedo asumirlo: los cuatro se ven bastante panzones y fuera de forma. Así que mucho ejercicio, no deben hacer en el trabajo… es eso o el pulque y los tacos de huevo con Pepsi engordan bien canijo.
El caso es que ayer estaba yo haciéndole de cenar a la pioja. Me pareció que era un buen detalle que llegara de su larga jornada de convivencia con publicistoides disruptivos y encontrara algo rico para comer. Saqué las ollas, los sartenes. la tabla de picar, el colador y me puse a trabajar. El plato del día iba a ser un Rotini al ajo, que me queda de fábula y que es muy sencillo de hacer. Me puse mis audífonos para no oír el escándalo de la construcción y el maravilloso delantal azul usado por Gabriel Porras en "Mi Nombre Es Ringo", esto para no manchar mi invaluable playera de EELS con salsa de ajo y parmesano.
Todo iba OK. Me encontraba ya reduciendo la salsa, a la que le había agregado vino blanco para darle un poco de gusto dulce, cuando me di cuenta de que si yo podía ver a los albañiles de la construcción desde la cocina, seguramente ellos también podrían verme picando ajo mientras ellos picaban piedra. Uppppsss… aquí estaba yo, con mi delantal para no mancharme y haciendo rebanaditas super delgaditas de ajo mientras estos cuates exudaban testosterona e invocaban el sonido del trueno en cada mazazo. Por un segundo deseé estar escuchando Motorhead, Corrosion of Conformity o alguna otra de esas jaladas viriloides… pero en mis audífonos sonaba el nuevo de Fiona Apple… que oso...
La tribulación no me duró ni un instante: "A lo mejor debería ir a ofrecerme para asistirlos en el trabajo de demolición" pensé… "Estaría padre... aparte me pondría como trabadón… atlético… digo. más atlético que ellos seguro… Martillos, picos, piedras, cosas ruidosas, yo destruir, uga uga." En eso estaba cuando sentí la ampollita que me había sacado el cuchillo mientras picaba el jitomate, y supuse que los martillotes de la construcción sólo podrían hacer un daño exponencialmente mayor en mis agraciadas manos.
"Nahhhh" Pensé, "Puedo lidiar con todo el esfuerzo físico, pero ni de chiste voy a soportar 8 horas de música de banda, No puedo respetar un genero musical cuya "diva" es Jenny Rivera, ¿¡¡¡eso qué!!!!?"
Aparte, seguro los albañiles me iban a cabulear por "guerito" e iba a terminar como Miley Cyrus, sentado en una de esas bolas de demolición.
Mejor seguí cocinando.
El Rotini quedó sensacional, la salsa estaba perfecta y mi playera de EELS sobrevivió la cocinada sin contratiempos. Pura felicidad.
Esa noche soñé que Steve McQueen me reclamaba por no unirme a los albañiles y me decía cuan decepcionado estaba de mí, pero tomando en cuenta que él está muerto y yo no, creo que voy a declarar que esta discusión la gano yo. Aparte seguro el no sabe hacer Rotini…


Comentarios

JL dijo…
Chuck Norris te hubiera convencido a patadas para ayudarles...
Juan Evers dijo…
Jaja, por eso es que trato de no soñar con Chuck Norris, luego se pone intransigente!!
saludos

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