Austin Vol.- 2

Luego de la malteada de 1800 calorías, tuve que empezar la mañana corriendo. 5km estilo hamster en el gimnasio del hotel, o fitness center, como le llamaban ahí; elegante nombre para un cuarto pequeño con 2 caminadoras dos elípticas y un aparato de pesas. El termostato del aire acondicionado estaba en "ártico" así que a pesar del espacio fue una sesión encantadora.
El único momento inamovible del plan cumpleañero era visitar Waterloo Records, según todos los rankings de internet, la mejor tienda de discos de todo Austin y sus alrededores. El resto del itinerario sería construido alrededor de ese evento. No estaba muy seguro de querer ir a ver discos al incio del viaje, porque quería conservar algo de dinero para pagar cosas que hicieran falta como comida y gasolinas, pero la tentación era demasiada. Al final concedí que antes de hacer lo de los discos, fueramos a Precision Camera, que es la tienda de fotografía más grande de toda la ciudad. Necesitaba material Instax y tenia la ilusión de encontrar algún lente usado barato para la cámara o unos de esos Rokinon baratitos (ya me estaba arrepintiendo de mi decisión de "un sólo lente"), pero pura piña. Todo caro y el staff bastante ignorante. Afuera de la tienda encontré este camioncito de correo.


Quiero uno así para manejar en México.
Programamos el GPS y tomamos rumbo hacia Lamar Blvd. Tomamos mal las entradas del highway y luego nos equivocábamos en las salidas pero finalmente llegamos a Waterloo Records, y hasta ahora me voy dando cuenta que no saqué fotos del interior de la tienda... Si ya conoces Amoeba de Hollywood, como que entrar a cualquier otra tienda de discos es un poco anti-climático... aunque hay muuuuchos más discos que en cualquier tienda de México, ya no hay azoro. 
La tienda está dividida en dos secciones: una de discos compactos, alfabetizados en una sola categoría (de todo), donde están revueltos los nuevos con los usados. Hay un mueble con world music y clásica, y un rincón para blurays y dvds. Hay unos cajones con discos de a dolar o en oferta y un mostrador para pagar. Al otro lado hay viniles y discos usados recién llegados,  divididos por días, que si eres uno de esos freaks que todo el tiempo vuelve a la tienda a ver que hay nuevo, puede resultar bastante valioso. En general todo estaba medio caro, los new releases entre 10 y 14 dólares, discos de catálogo 14 o más, los viniles de 15 para arriba. No tenían muchas de las cosas que quería, pero muchas otras si. Habré estado unas 3 horas en la tienda, que definitivamente bastardeo todos mis planes de no perder el tiempo del viaje relámpago viendo discos. Habia una ciudad nueva afuera para ser conocida y yo estaba preguntándole a un cuate de la mitad de mi edad si tenían eñ segundo disco de Iron & Wine.... eeeeeeen fin.... si lo tuvieron, y no me arrepiento. Y la pioja tampoco, mientras yo veía discos y repasaba mis listas mentales sobre lo que estaba buscando, ella paseaba por el anthopologie sacándole lumbre a la tarjeta de crédito.


Luego de Waterloo pasamos a un restaurantito muy coquetón que hay al lado llamado 24, donde comí la hamburguesa mas deliciosa que he comido en mi vida, y me la sirvió una chica que fácilmente podría estar haciendo telenovelas aquí en México. Eso fue medio injusto para la pioja, porque los meseros no estaba equiparablemente atractivos.... ni modo... pero todo rico. No hay fotos, lo siento, no creo en eso de estarle sacando fotos a la comida, pero googleenlo Diner 24, caro pero rico. EL Whole foods está cruzando la calle, y es como la nave nodriza de los mamilas del planeta, pero definitivamente saben como hacer helado... maldito dilema moral. 
El Ladybird River está a 5 minutos de ahi, así que decidimos caminar la zona. Todo iniciado por la confusion de que el concierto de Damien Rice sería cerca de ese lugar y en una de esas podríamos conseguir boletos de último minuto... ah es que olvide comentar eso. La razón principal para ir a Austin era el concierto de Damien Rice, pero para cuando tuvimos los boletos de avión comprados, las localidades del concierto se habían agotado. Cuando se puede se puede, cuando no, pues no. No hubo boletos pero el paisaje fue consuelo suficiente.











Para cuando terminamos de caminar el rio, ya no había animo de hacer más, regresamos al hotel y soplé las velitas de mi "pastel" de cumpleaños.


Sin duda, feliz cumpleaños para mi.
CONTINUARÁ...

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