Entre entender y no entender

Yo se que la entrada que sigue no va en la linea habitual de este blog... ya lo se. Pero me pareció  interesante compartir con ustedes lo que vi.
Veracruz es el sexto estado con mayor pobreza en el país.  4.6 millones no tienen ni el ingreso necesario para comprar la canasta básica, y 1.3 millones de veracruzanos viven en pobreza extrema. La mayoría de los hogares en el estado no tienen piso, agua corriente o drenaje. ¿Quién carajos va a tener dinero para un auto de más de un millón de pesos? Bueno, si pasas por Boca Del Rio puedes visitar la agencia que los ofrece, y que es más grande que la que tenemos en el DF:


También hay una agencia enorme de Mercedes-Benz y otra de Audi. Al lado hay un nuevo desarrollo de departamentos cuyos precios inician en los 2 millones de pesos. ¿En serio?... 
Uno sabe que Veracruz está amolado. No hace falta revisar la estadística para saber sobre la inseguridad y la desigualdad. Es de todos conocido que en Veracruz la corrupción ES el estado, y lo ha sido por siempre: Refugio sagrado para los ex-funcionarios gubernamentales que tras haber forrado sus bolsillos en la función publica, eligen la tierra jarocha como escaparate para su vida ostentosa sabiéndose intocables. Es una suerte de negocio familiar que recuerda más a la monarquía que a cualquier régimen político de los últimos 100 años. 
El gobierno y el crimen se administran a si mismos. Veracruz es como un juego de policías y ladrones en el que todos usan el mismo uniforme.
No voy a discutir el asunto, si quieren saber como está la cosa con los jarochos, pueden ver cualquier periódico, siempre habrá una nota que te hará decir "¡No mames!, ¿en serio?" y ahora que lo vi de cerquita lo entendí. Entendí el enojo y la indignación y la inestabilidad y el porqué tanta gente prefiere delinquir a tener un trabajo honesto. Lo que no entendí es como los veracruzanos, a pesar de todo lo mencionado sigan teniendo un trabajo honesto, y salgan a remozar andadores o a atender hoteles o a manejar un taxi o a poner su mesita en la playa y vender bebidas refrescantes... ¡¡¡y sigan pagando impuestos!!!. A lo mejor es por tener buen café y ricos mariscos... y torta de plátano.
Ojalá las cosas cambien pronto (¡¡y para bien!!) en el estado. y en poco tiempo a todos les alcance para tener un Porsche... o que por lo menos no sea el gobierno quien les quite el dinero para comprarse el suyo...
Lo dudo, no quiero ser pesimista, pero el gobierno del estado está tan volteado como los signos de admiración de este camioncito:



Y no le voy a  decir tranvía... porque esa madre tenía ruedas de goma, y no había vías en ningún lugar...
Siga usted con su día. Mañana algo más banal en este blog, la política no es lo mío.


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